Sólo en el jardín de tu palabra
puedo encontrar tantas flores
de colores armoniosos
que polinizan silvestres en mi suspiro
cuando al abrir tu boca pequeña,
la primavera, asume todas las estaciones.
Sólo entre tu abrazo de albor
el tiempo roba diez minutos al reloj
si cual muro a la hiedra,
al filo de tu pecho, me apresas,
y tus manos murmuran caricias de mariposa
recorriendo –despacio- la senda al sur.
Sólo en tu beso anochecido
vuela mi alma, alto y veloz
tras la melodía de tu lengua,
el cielo se vuelve tapiz de terciopelo en tu boca,
y tu voz bordea las provincias de mi mente
empapando las sombras de color.
Sólo con tu grácil presencia
dibujas quimeras en mi espalda,
y son tus alas de luz y algodón
el refugio donde busco amor,
para descubrirte, y encontrarme yo.
© Lissette Flores López. Derechos Reservados.
6 comentarios:
Poesía que hace ternura cada deseo que apasionada exhalas...
Me encantó.
Siempre esencia.
"y tu voz bordea las provincias de mi mente"
Sólo por este verso, muy inspirado, ya merece la pena el poema. Es esa tercera estrofa la que más me ha gustado. Las metáforas son muy coloridas. El cierre también es estupendo, pues a menudo nos encontramos en el otro, pese a ser, en cierto modo, un extraño. Lo que me ha sonado raro es la rima de la primera estrofa. Tenía la sensación de estar leyendo una lira.
Un abrazo, Liz.
No mi amiga Esencia, la ternura la has puesto tú con tu agradable presencia en esta entrada. Muchas gracias. Un fuerte abrazo.
Óscar, voy a leer más sobre las liras, lo prometo; pero si, lejos andaba mi estrofa de ser una. Supieras pues ni intención tuve de rimar, sólo vi las imágenes y las anoté =) Gracias por ver color en estas letras, me has regalado un lindo comentario. Otro abrazo para ti.
Exquisita lírica, como siempre, querid amiga.
Delicadeza suma y neta elegancia.
Sólo una pequeña objeción, tan subjetiva como desautorizado es mi juicio: yo intentaría deshacer la rima de los verso segundo y tercero de la primera estrofa. Tal vez, simplemente, colores armoniosos. Es que al ser la única rima de todo el poema, llama la atención.
Un beso.
Por favor José Carlos ¡faltaba más! tienes toda la libertad de hacer cuánta observación quieras. Créeme que te quedaré más agradecida aún, pues me ayudarás con mis letras. Ya antes me lo hizo saber Óscar, así que lo cambio ahora mismo.
Besos, gatito.
Hola Liz. ¿Sabes? Cuando te leo vuelve a mí, inevitablemente, el simbolismo; ese simbolismo del que aveces, sólo aveces, huyo. El mismo que tantas otras conjuro. Alguien te en-cantó y, sin duda, a mí me encanta cómo escribes.
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