Quedito, muy quedito















Quedito
y a media luz, pronuncias mi nombre,
un cálido rumor recorre
la estepa de mi piel
cual viento rozando broza.


Quedito,
tu voz estimula mi alma
en apacible canto de amor
que calma -como rezo de salvación-
la voraz marea de mi tristeza.


Quedito,
tu risa cala mis sentidos
y cual mariposa ciega
tropieza al vuelo
en las paredes de mi corazón.


De tus labios rezuma
almíbar de durazno maduro,
elixir mágico que torna los besos
en dulce trinar de ave
que suena en el ocaso, quedito.


A tus manos pertenece
el sendero inmóvil de mi cuerpo,
cada uña tuya dibuja
mi silueta en la neblina
arrancando un gemido, quedito.


Bajo el seno oscuro de esta noche
escribiré un madrigal en tu pecho
y a la hora en que el sereno
habla a las flores
lo recitaré en tus labios, quedito, muy quedito.





© Lissette Flores López. Derechos Reservados.

1 comentarios:

Ramón María dijo...

Bello sentimiento en tus palabras reflejado. Me gusta.



Muxus "besos". con tu permiso te sigo.

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