Céfiros de luz




Dicen que la Piedra de Bolonia
luego de calcinada y expuesta al sol absorbe los rayos
y puede al punto iluminar en las sombras.
Entonces,
me hago la idea que apacibles céfiros rozan tus labios,
y tras desplazarse en espirales ráfagas,
cual esponjas de luz,
vienen empapados de ti a posarse sobre los míos
convirtiendo todo en sagrado y perfecto.
Me rocían con tu albor de primavera
y dejan el aroma a verso, flores y olivos,
a ternura, melancolía y lágrimas
que emana de la solapa de tu abrigo.


© Lissette Flores López. Derechos Reservados.

3 comentarios:

Óscar dijo...

No tenía conocimiento de la Piedra de Bolonia, pero ya veo que tiene relación con la alquimia. Buen punto de partida, pues, para un poema. Me ha gustado la delicadeza de este verso: "me rocían con tu albor de primavera". Y es que nunca falta sensibilidad en tu poesía.

Un abrazo, Liz.

Ramón María dijo...

La suavidad en tus plabras las hacen sensuales, llegando al lector frescas muy frescas.



Muxus

Marisol dijo...

Hermosa imagen se ha recreado en mi imaginación con tu poema, Liz.
Me gustaron mucho estos versos:
"me hago la idea que apacibles céfiros rozan tus labios,
y tras desplazarse en espirales ráfagas,
cual esponjas de luz,
vienen empapados de ti, a posarse sobre los míos,"
La introducción y el final, tampoco tienen desperdicio.
Me encantó visitarte, un abracito.

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