"Mujer joven defendiéndose de Eros" de William Bouguereau |
Es imperativo que le encuentre,
debo reprocharle su infame avería
pues cada vez que me atina un flechazo
me aleja del cielo y al infierno me confina.
Habiendo tantos corazones anhelantes de amor
se empeña en tomar el mío
para su práctica de tiro al blanco,
¡es un despiadado que disfruta su retozo¡
El veneno amargo de sus saetas
causa a mi alma dolor y hastío,
oprime mi pecho y lo vuelve caprichoso,
me mareo en este laberinto de ansias.
De su aljaba sacaré sus flechas malditas
y las destruiré -incluso, la que atraviesa mi corazón-
así evitaré que alguna alcance
a aquel de quien me ha enamorado.
Antes de exiliarlo le arrancaré una pluma,
con ella escribiré sobre mi piel el nombre del amor mío,
con la tinta de lágrimas frías que gotean
de las grietas enmohecidas de mi tristeza.
© Lissette Flores López. Derechos Reservados.
3 comentarios:
Un poema que empieza con un cuadro de Bouguereau a la fuerza tiene que ser bello.
La última estrofa es sobresaliente, y más el último verso: "de las grietas enmohecidas de mi tristeza". La idea que plasmas en él es original, dolorosa (como el hecho de arrancar una pluma) y romántica.
Creo que hay un pequeño desliz en el verso tercero de la primera estrofa: "pues cada (vez) que me atina un flechazo". Por cierto que esos dos últimos versos de la primera estrofa también me parecen destacables. Tienen un eco retórico y renacentista.
Un fuerte abrazo, Liz.
Gracias por la observación Óscar, y por el bello comentario. Voy a corregirlo ahora.
Concuerdo con Óscar, esa última estrofa y aún más el último verso, son destacables.
También me gustó la analogía del tiro al blanco, y es que además estoy de acuerdo con ella, parece que Cupido jugara con sus flechas, en vez de dirigirlas con coherencia.
Tienes un excelente gusto para elegir las imágenes, además.
Un gran abrazo, Liz.
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