Pintura de Jim Warren |
Debe ser el influjo magnético de la aguja en esta brújula señalando siempre al norte la que hace vagar en círculos mi memoria. O quizás, el embrujo de tus ojos me facilita irme de mí y perderme en ti; creerme barca a la deriva entre el oleaje de tu piel y surcar la tersa intimidad de tu mar que me sabe profundo, y misterioso. Ha de ser, sí, ese reflejo azul marítimo en tu mirada lo que me incita lanzarme a la aventura de una tempestad sin retorno y acabar habitándote.
© Lissette Flores López. Derechos Reservados.
6 comentarios:
No se si fue magnético o mágico ese influjo del que hablas, pero hace ya tiempo que navego en el ojo del huracán y es ahí y no en otro lugar donde quiero estar.
Me ha gustado
Besos
Auguro que por lo menos será interesante y misterioso, me ha gustado mucho esa barca a la deriva entre el oleaje de su piel, sigo adjetivando? sugerente...profundo..
Lanza entonces brújula y mapas por la borda, que te guíen sólo tus latidos. Sigue navegando a la fortuna del viento, entre espuma y brisa. Ríndete a la miel salobre de un tempestuoso mar y déjate arrastrar a su inmensidad sin ánimos de volver a las arenas de la realidad.
Gracias, Jack precioso.
Besos y abrazos.
Tal parece, Isabel, ese mar es seductor, profundo, bello. No me impotaría hundirme en su misterio.
Gracias por tus palabras.
Muchos besos.
Te has vuelto marina y marinera,de brújula rebelde,para perseguir azules que te hagan sentir el vértigo de un mar embravecido,pero vivo.
Desde luego,en la calmada orilla,nunca se llega a habitar nada que no sea un frágil y falaz castillo de arena...
Precioso corto,Liz.
Feliz crucero.
Diez años de mi vida, por un instante vivido en ese castillo de arena...
Besos y abrazos, mi querido Joaquín.
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