En cada latido


Y luchó contra el sueño y el desvelo,
el asombro y la apatía,
la razón y negación;
incluso, con días de indecisas alboradas
y cárdenos ocasos que se enredaban
en el cetrino dosel de la floresta,
como su añoranza entre débiles cenizas.

Mas no pudo con la abismal lejanía
que se mantuvo aterida en cada latido
que de amor tañía triste
a la sombra de una silenciosa espera.

Ya ni los viejos poemas,
ni las gastadas melodías
son compañía para esta noche
en que el rumor del viento
llena un vacío de ausencia
-que es otra forma de presencia-
y ya nada importa.



© Lissette Flores López. Derechos Reservados.

8 comentarios:

Ramón María dijo...

Plas,plas,plas, (aplausos varios y sonoros) me encantó amiga Liz.

Beso

Sucede dijo...

Liz, como siempre muy bueno!
Me ha gustado mucho, el final sobre todo.
Abrazo!!

Óscar dijo...

"Y ya nada importa". Me ha gustado ese cierre, toda la última estrofa. Letras melancólicas, como es costumbre en ti.

Un abrazo, Liz.

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Liz:

Me da mucho gusto haber encontrado tu blog, te sigo.

Abrazos.

Manuel Ameneiros dijo...

El final ..."y ya nada importa", es magnífico.
Puede ser despectivo, fatalista, tardío... es decir, muchas cosas, dependiendo del estado de ánimo o intención. Me encanta.
Abrazos totales.
(Cambiaste totalmente el estilo y funciones de tu blog... ¿Vientos de cambios?)

Unknown dijo...

Curioso contraste de luces y sombras, en tu nuevo blog.

"... el rumor del viento llena un vacío de ausencia..." dulce melancolía amiga mía.
Me ha gustado.

Besos

Joaquín Galán dijo...

Hay noches que nada importa pero siempre llega la mañana para cambiarlo todo.Incluso a los viejos poemas y las gastadas melodías hay que darles una segunda oportunidad para que vuelvan a tener significado para nosotros,hay que darles tiempo.
Buen poema Liz,pero distinto a los otros, desde mi punto de vista.En este veo,más allá de la tristeza o de la melancolía, la sombra de la desesperanza y del hastío por la lucha.
Menos mal que solo es un poema y que no puede ser verdad tanto abandono.No sería lógico dentro de este marco tan luminoso de tu nuevo blog.
De él me llega la luz a raudales.Espero que de ti también.

Un fuerte abrazo Liz.

Marisol dijo...

Es un poema muy melancólico, Liz. Me ha embargado esa sensación de soledad nocturna que muchas veces es la causante del insomnio.
"y cárdenos ocasos que se enredaban
en el cetrino dosel de la floresta"
Esos versos me han parecido muy descriptivos, y el final es un golpecito certero.
Disculpa la tardanza.
Un besito.

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