Placebo


Bendito misterio estrellado
que apaciguas mis abatidos silencios
con el bálsamo de tu abrazo infinito
impregnando mis alas con tu paz perfecta.

Cuentagotas de tiernas caricias
restañas heridas añejas en el alma
y a base de suaves besos
extraídos del néctar de tu tibia boca
inyectas sustancias que alivian y sustentan.

Sosiego estremecedor de silente luz
diluyes inquietas sombras de soledades lejanas
que transmigran en palpitación lenta
al remanso de brisa de tu corazón.

¡Oh! cántico puro de emoción reposada,
tenue tránsito de luceros en cielo abierto
tráeme la voz jubilosa de los horizontes,
el susurro del rocío a las gardenias,
el trinar monocorde de las tórtolas al alba
y un amor de millones de horas para amarte.


© Lissette Flores López. Derechos Reservados.

3 comentarios:

Óscar dijo...

La última estrofa es el clímax perfecto. En ella se concentra el mayor lirismo. Los tres últimos versos son fantásticos, pero me quedo con éste: "el susurro del rocío a las gardenias". Tu poema es como una jaculatoria. El que haya creado esa imagen en Photoshop se lo ha trabajado.

Un abrazo, Liz.

Isabel Moncayo Moreno dijo...

Óscar me ha robado el verso que iba a destacarte, yo y las flores, ya sabes, por no repetirme citaré esa voz jubilosa de los horizontes, pues también me encantan las sinestesias..
un beso Liz

Marisol dijo...

Es un poema un tanto diferente a los que sueles publicar, como una balada que llama al amor.
Se enciende en cada estrofa para finalmente eclosionar.
Me gustaron en especial estos versos:

'Cuentagotas de tiernas caricias'
'diluyes inquietas sombras de soledades lejanas'
'el trinar monocorde de las tórtolas al alba'

Un gran abrazo, Liz.

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