Quiero a orillas de tu río de soledad
hablar del verano y las gaviotas,
del brillo albino de la luna sobre los pinabetes,
de la noche que moja su melancolía
en una ribera de estrellas ahumadas
y de la mañana que siembra nuevos besos
que germinan, una tarde de enero,
bajo las ramas del sauce llorón.
Hablar de tanto y todo.
De nuestro pequeño mundo
donde el sol se dora en tus mejillas
y yo le beso, tierna,
despacio,
despacio,
como la aurora al trigal.
Que en mi corazón el amor dibujó su esperanza
y se parece a tu alma.
De que te amaré, hoy y siempre.
Hablar de tanto y nada.
Del deseo de liberarte, hacedor de sueños,
y vueles allá donde va la fantasía
en busca de fraguas de libertad,
para que te formes, en sigilosa inquietud,
eterno, y real.
Y que al filo de una caricia
digas que compartirás conmigo un amor para toda la vida.
Dímelo, bien mío, ahora,
antes que despierte
antes que despierte
y tu cuerpo vuelva a ser sombra entre mis brazos.
© Lissette Flores López. Derechos Reservados.
8 comentarios:
La última estrofa tiene metáforas verdaderamente inspiradas: "al filo de una caricia" y "tu cuerpo vuelva a ser sombra entre mis brazos". Ahora bien, encuentro que al título del poema le falta la preposición "de": Antes de que despierte. Le pasa como a la película de Julian Schnabel 'Antes que anochezca'. También me han gustado las "estrellas ahumadas".
Un abrazo, Liz.
Me ha encantado... muy emotivo y sugerente, sobre todo el final... esa sombra del deseo que nos hace mantener viva nuestra propia visión del amor, la felicidad... Un saludo y un abrazo, paisana.
Tal vez el título diría, desde mi forma de leerlo, "Antes de que despierte", pero de todos modos es bello
Un saludo desde mi rincòn
El poema me llevó por un ensueño dulce y tranquilo, donde el amor puebla cada verso:
'la noche que moja su melancolía
en una ribera de estrellas ahumadas'
'donde el sol se dora en tus mejillas'
El final, no me lo esperaba, es desolador.
Un gran abrazo.
Hola Liz, he ido a buscar la biografía de Dosteievski de A. Gide para decirte, con sus palabras respecto a la obra del maestro, lo que tú tantas veces haces sentir con tus poemas: "..al despertar de sus libros -incluso cuando nuestra razón se resiste a prestar su total asentimiento-, nos damos cuenta de que acaba de dar en el blanco en algún punto secreto "que pertenece a nuestra verdadera vida". Un beso Liz: gracias por seguir acercándonos con palabras a esa parte de la vida, invisible y no obstante tan real...
¿Qué puedo decirte Liz después de leer con el corazón,más que con los ojos,esta maravilla de poema? "Hablar de tanto y todo..." con alguien como tú, sería el deseo de cualquier soñador que navegue por su "río de soledad" y más si es bajo ese sauce llorón que,en las frías tardes de enero, se lamenta de la suya...O "hablar de tanto y nada..." ¿qué más da? Si hasta las palabras más divinas sobrarían ante una mirada enamorada anhelante de besos y ternura...
Pero¡ay!,llega esa última estrofa solícita de promesas "para toda la vida..." cuando todo es tan frágil,tan efímero...Casi siempre, escuchar promesas que se han solicitado previamente,sólo traen mentiras que,piadosas o no, no serían más que una quimera...Me quedo con el resto del poema y,para esa última estrofa,seguro que otro enero de "ahumadas estrellas y sauces de ribera" te traerá esa misma promesa pero,esta vez,real y viva...y entonces ya podrás despertar tranquila.
Gran poema Liz.En cuanto al título y,según mi humilde opinión,pierde fuerza poética al poner la preposición "de".La forma "Antes que despierte" es tan válida como "Antes de que despierte" aunque es cierto que en el lenguaje coloquial suena mejor ésta última.
Un fuerte abrazo, Liz.
Sabes amiga mia... alguna vez vivia por alguien con quien pense que compartiamos el sueño de envejecer juntos... pero al final del camino no llegamos a ningun lado, mi sueño murio y sus palabras se borraron...
Luego entendi que el amor vive en uno y no en el ser amado...
Tu post lleno de sentimiento, de aquel amor que todo lo puede...
Un abrazo amiga mia...
JALE
"... hacedor de sueños" evocador, como las tardes de enero, como las ramas del sauce llorón, como los amores que fueron, como los sueños...
Me ha encantado, Liz.
Un beso.
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